jueves, enero 10, 2008

Dos experiencias, una reflexión

Quizá esto caiga mal. Tal vez para muchos sea algo sórdido, escabroso. Es un aviso para que no lo lean. Pero quiero aclarar que constituye únicamente una reflexión sobre la experiencia, un pensamiento (o mejor dicho, una escritura) "en voz alta".

Ayer por la noche, cuando entré en el tren, divisé un asiento, el único libre de todo el vagón. Pensé que estaba meado, vomitado o algo así, porque había mucha gente parada y nadie hacía, ni siquiera, el amague de ocuparlo.
Cuando logré llegar hasta el lugar me senté, emocionada. Entonces mi olfato comenzó a percibir un olor fuerte, y me di cuenta de que me había sentado al lado de un viejito cagado.
No obstante, seguí ahí, incólume hasta mi parada: Provença, donde siempre me tomo el metro ("subte" para los pibes ;-).
Durante la primera combinación fui parada, y también durante la segunda, hasta que se desocupó un asiento. Como en el tren ya había terminado de leer el artículo correspondiente a la jornada - uno de esos textos que yo llamo "viajeros ", compañeros de ruta en la rutina diaria - comencé a observar a los demás, una costumbre que se está transformando en vicio. Y fue entonces cuando vi, enfrente mío, un señor muy gordo, gordísimo, con los ojos semi-cerrados, que debajo de un brazo llevaba un bastón, y en el otro una bolsa grande de Mc'Donalds. De pronto abrió el paquete y comenzó a sacar una hamburguesa tras otra, que comía como si fuesen caramelos. Era algo increíble ver cómo parecían chiquitas en sus manos, cómo se iban escabullendo (o cómo las iba tragando). Debo reconocer que me impactó esta imagen, me hizo recordar al padre de Fogg, el protagonista de El palacio de la luna, de Paul Auster.
En realidad me impactaron ambas experiencias.
Y hoy, mientras pensaba en la inmigración, y mientras leía una reseña sobre el libro ¿Y si el otro no estuviera allí? de Carlos Skliar, me acordé de repente de esas vivencias, y me puse a reflexionar. Es raro, ¿no?, porque nos impacta del otro lo distinto, o tal vez lo que no encaja en nuestras "cuadrículas", lo que no cuadra en nuestras convenciones. Pero yo me pregunto: ¿no será que al mismo tiempo vemos en ese otro otra expresión nuestra, alguna parte de nuestro ser futuro o secreto?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué capacidad de hacernos vivir con vos esas experiencias y reflexiones!...
(Recién (18hs en Argentina), llamó Mana que llegaron bien a Capital Federal. Mañana parten rumbo a Barcelona! ¡Qué bueno que estén ustedes para recibirlos con afecto de familia! Con ellos van todos los abrazos y besos de la familia toda y de cada uno para ustedes dos!
mamá

Diego dijo...

Yo te dije Tititi... cuando sea grande quiero ser como el "friki" (nerd) de "Al pie de la letra".


Besos

Vero dijo...

Me gustan los post que impactan, comprometidos, que muestran lo que vemos, que a veces no gusta ni nos gusta... .
Yo practico la observación siempre, y el metro no es la excepción. Y lo que me llega de esa práctica, siempre me hace reflexionar sobre mi apertura, mis prejuicios, mis formas... . Gracias por compartirnos esta realidad.

Anónimo dijo...

Che, no entendí la reflexión final: querés decir que tu futuro es el de tu cumpa de tren y que en tu interior llevás un Alf total?

Diego dijo...

Ja! Muy buena interpretación... ;-)
Saludos!!

Martina dijo...

Sí, y muy perspicaz... ¡¡Ja, ja, ja!!